A diferencia del típico pollo sobre arroz, aquí se emplea carne de faisán del día, con lo que la textura resulta firme y elástica; el cerdo estofado procede de la parte del cuello y el hombro del cerdo negro: primero se saltea en olla grande y luego se cocina a fuego lento en una pequeña para que su aroma y la gelatina se fundan en la salsa, de modo que el cerdo se deshace en la boca y resulta muy suave. Además del arroz con cerdo estofado, el ganso y las tripas de ganso también son estrella de la casa: sacrificados el mismo día en el mercado Huan-nan y servidos con una salsa especial que tiene un sabor único. Hasta el gran abogado Wellington Koo ha alzado el pulgar y ha dicho: «¡Excelente!»