CapaKaba, nombrado así por la capa roja española.
Hay una capa roja, la mejor compañera del torero; esquivar rápidamente los embates de los cuernos duros es su habilidad más orgullosa, pero en su corazón anhela encontrar un toro inconquistable. Un día apareció un rival insólito: un toro sonriente y amistoso, que ni se enfurecía ni embestía, solo se acercaba cariñosamente; ¡ni hablar de conquistarlo… no podía provocar ningún ataque! Así que solo pudo abrazarlo.
Este extraño contacto provocó exclamaciones en la plaza; hasta el sol se volvió más intenso, mezclado con el fervor de la multitud y el calor sofocante. Cuando la capa se desplegó, en el mismo lugar apareció un plato de jugoso y tierno roast beef: el amable regreso del toro sonriente.
Después, el torero dejó de lidiar toros y se hizo cocinero; su capa de combate se convirtió en el espectáculo esplendoroso antes de servir el filete. Ya no esquiva; simplemente, mientras lo disfrutas, se queda a tu lado, satisfecha.